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Nuestra Historia

Aunque pudiera parecer que el concepto de “iglesia Evangélica” es algo relativamente moderno, lo cierto es que la presencia evangélica en Euskadi se remonta al período de la pre-reforma.

Así, ya en los siglos XIII y XIV existían algunos grupos, principalmente de valdenses, que representaban la forma más latina de las ideas de la Reforma.

Posteriormente, y ya en plena Reforma, el Papa León X toma, allá por 1521, las primeras medidas contra la expansión de cualquier divergencia, puesta de manifiesto con amplia bibliografía de Lutero y Erasmo.

La Inquisición se hace cargo de este trabajo comenzando por los puertos y pasos fronterizos de Gipuzkoa y Nafarroa.

Sin embargo, las gentes de Pasajes toman una nave a los franceses en la que va una gran cantidad de libros. Dichos libros son repartidos entre los bachilleres, clérigos y hombres de letras de, entre otras localidades, Tolosa, San Sebastián, Rentería, Oñate, Leniz, Mondragón, Vergara y Durango.

Fue tal el alboroto e interés de las gentes que, dice Martín de Salinas: “Hay tanta memoria de Lutero, que no se habla de otra cosa”.

Más tarde, en 1530, el guipuzcoano López de Cerain es ejecutado en Granada por profesar un luteranismo neto y el 20 de mayo de 1539 es quemado vivo, en Bilbao, el joven inglés John Tac, por el hecho de leer y creer el Nuevo Testamento.

En 1550 el inquisidor Valdeolivas indica que descubre luteranos en muchos lugares de la costa vasca, y hasta 1567 se conoce la entrada de libros por las costas y lugares fronterizos de Euskadi y Navarra, escondidos en toneles, balas de lana, etc.

Mientras tanto, en Navarra, la reina Juana de Albret profesaba la fe protestante, estando a salvo de las intrigas y ansias de conquista de Carlos V. Esta fe tiene un gran auge en Bearn, pero se encuentra con una barrera difícil de franquear en Navarra: el euskera.

Por ello, y por expreso deseo de la reina, el 14 de marzo de 1564, el Sínodo Protestante de Bearn, encomienda la traducción del Nuevo Testamento “Itum Berria” a Leizarraga.

En 1565 comenzó la traducción tomando como base el texto griego de Erasmo de 1516, viendo la luz en 1571, siendo esta la primera traducción de la Biblia al euskera.

El amplio contacto con Inglaterra provoca que, en torno a 1750, se establezca un acuerdo con las autoridades por el que se da cristiana sepultura a los restos de protestantes en un cementerio y capilla que se situó en la isla del río Nervión a la altura de Deusto, San Ignacio y Zorroza hasta mediados del siglo XIX en el que se trasladó a la llamada “Kampa de los Ingleses” (Actual lugar del Museo Gugenheim).

Posteriormente los restos y sepulturas pasan a la actual capilla-cementerio Británico en Lujua (Bizkaia) (C/Txorierri nº 1).

Tras varios siglos de persecución, volvemos a ver una fuerte influencia protestante en Euskal Herria. Así podemos ver a George Borrow “Don Jorgito el inglés”, que de 1830 a 1845 recorrió todo el estado, adentrándose en Bizkaia, costándole caro las más de las veces, y eso a pesar de contar con simpatizantes en el territorio.

En 1838 Borrow publica una traducción al vascuence del Evangelio de San Lucas hecha por el médico guipuzcoano Oteiza, así como otra del evangelio de San Juan.

Consecuencia de su trabajo y del de otros misioneros ya en 1855 se conocían grupos evangélicos que se reunían, a modo de tertulias, en Donostia, Bilbao e Iruña. Pero no es sino hasta el año 1869 en que, tras la revolución llamada “la Gloriosa”, se concede la libertad de culto a los evangélicos, y con ella se establecen las primeras congregaciones estables hasta nuestros días en las ya mencionadas ciudades.

Un hecho poco conocido fue la creación, en 1882, de la Escuela de Señoritas de San Sebastián por los misioneros Sres. Gulick. Sus alumnas son las primeras mujeres que se examinan en el Instituto de Guipúzcoa, institución precursora de la prestigiosa Institución Libre de Enseñanza, a la vanguardia de la educación en la escuela del primer cuarto de siglo XX.

La cultura protestante, no solo ha tenido un rostro religioso.

El auge de la explotación minera y el comercio marítimo de Euskadi con los países del resto de Europa, especialmente con el Reino Unido, Alemania, Francia, Países Bajos y Escandinavia a finales del s. XIX y principios del XX, dio lugar a una interesante relación que inició e impulsó el desarrollo industrial de este país.

De este modo, personas, que siendo y sintiéndose protestantes, tuvieron la oportunidad de vivir su fe y mostrar una cara hacia la modernidad con sus más y sus menos, que ha perdurado hasta hoy, confundida y entremezclada con la cultura vasca, como el fútbol, y especialmente equipos como el Athletic club de Bilbao y la Real Sociedad de San Sebastián, entre otras muchas cosas.

Así que la presencia evangélica fue extendiéndose y afirmándose en Euskal Herria. Sin embargo esta presencia fue diezmada por la guerra civil y la posterior persecución de la posguerra, persecución que no permitió reorganizar las congregaciones sino hasta 1945, las cuales logran volver a abrir sus puertas allá por los años cincuenta.

Durante todo ese tiempo las comunidades evangélicas viven sumidas en una semi-clandestinidad que permanece hasta 1967, fecha en la que se proclama la primera ley de libertad religiosa, aunque es más una ley de tolerancia vigilada que de libertad.

Lo cierto es que a partir de la misma es posible el establecimiento de nuevas congregaciones, no sin tener que vencer la oposición sistemática de los gobernadores civiles.

Resultado de todo ello es la apertura de capillas en Renteria, Donostia, Irun, Bilbao, Barakaldo, Gasteiz, Iruña, y otras ciudades y pueblos del interior.

Fruto del deseo de colaboración y unidad de estas congregaciones, el 29 de enero de 1979 se constituye la Asociación de Ministros Evangélicos del País Vasco, estando presentes en dicho acto once líderes evangélicos en representación de unas veinticinco congregaciones.

Esta asociación fue el germen del Consejo Evangélico del País Vasco, fundado en 1993 y que agrupa en la actualidad a 35 Iglesias, Puntos de Misión y Entidades repartidas de la forma que sigue: 5 en Vitoria, 9 en Guipúzcoa (4 Donosti, 2 Beasain, 1 Hernani, 1 Eibar y 1 Irún) y 21 en Vizcaya (9 en Bilbao, 2 Baracaldo, 1 Basauri, 1 Bermeo, 1 Durango, 1 Getxo(Las Arenas), 1 Leioa, 1 Munguia, 1 Portugalete, 2 Santurce, 1 Loiu).

Y la historia continúa.